Junio de 2010 (IV)

A partir de esta semana, vamos a colocar carteles con las imágenes de las obras del nuevo acceso.
En vista de que el Ayuntamiento no realiza ninguna información sobre el desarrollo de unas obras que afectan al Patrimonio histórico más importante de Sax, y a un Paraje Natural Protegido muy sensible, al estar tan próximo al casco urbano, hemos decidido llevar a cabo esta iniciativa.
Los carteles reproducen variadas imágenes de las obras, para que los vecinos (son muchos lo que no han subido a ver las obras, por impedimento o cualquier otra causa) se hagan una completa idea de qué es lo que se está haciendo en la Peña. Nuestra Plataforma huye de la propaganda fácil y plantea las imágenes de los carteles como una información que ayude a que cada cual obtenga sus propias conclusiones sobre el desarrollo del proyecto.
La página Web de EL CASTILLO DE SAX publica un completo reportaje fotográfico sobre la situación de las obras del nuevo acceso a finales del mes de mayo.
Una imagen vale más que mil palabras, y si son más de veinte las fotografías, como es el caso, creemos que podrán hacerse una idea cabal del tinglado que se está montando sobre el Paraje Natural Ladera del Castillo, entorno del Bien de Interés Cultural del castillo de Sax.
En el menú de la derecha, en la parte inferior, hemos añadido la opción FOTOS DE LAS OBRAS EN MAYO. Pulsen en ella y accedan a la página Web donde se han publicado estas fotos, más ilustrativas que nunca.
Por desgracia, como se comprueba, son muchos los títulos con los que la ley protege nuestro Patrimonio. Aunque por desgracia, a la hora de la verdad, no sean poco más que papel mojado.
La ASOCIACIÓN DE ESTUDIOS SAJEÑOS/GRUPO AMIGOS DE LA HISTORIA DE SAX ha publicado una completa galería de imágenes sobre las obras en marcha, y su situación en los primeros días del mes de abril.
En el menú de la derecha incluimos el enlace para su acceso. Como se puede comprobar, las perforaciones de "agujeros" (es un decir, porque lo que se están abriendo son grandes huecos, quizás imprescindibles para un buen anclaje de las estructuras, pero que tienen, a la vista está, un impacto indudable sobre la roca y la flora de un paraje natural protegido, muy delicado geológicamente.
En cualquier caso, esperamos que sirvan estas imágenes para que todos nuestros adheridos, simpatizantes o, simplemente, curiosos por ver qué se está haciendo en la Peña del castillo de Sax, puedan tener una información gráfica que, de momento, brilla por su ausencia en cualquier medio o fuente municipal.
En estos primeros días de abril se ha iniciado, por fin, la instalación de la escalinata por la ladera sur de la Peña.
Es la culminación de todo un proceso en el que el Ayuntamiento ha hecho oídos sordos a una parte importante de la opinión pública.
Nuestra corporación municipal ha silenciado, vergonzosamente, en el estilo más antidemocrático que quepa imaginar, más de 1500 firmas que expresaron su tajante negativa a esta instalación (nunca en Sax, para ninguna cuestión se habían recogido tal cantidad de compromisos activos, firmados y certificados notarialmente).
No se han tenido en cuenta ninguna de las alegaciones y propuestas alternativas que nuestra Plataforma ha formulado por escrito ante la misma corporación municipal.
Se sigue sosteniendo, sin fundamento alguno, que se va a recuperar un acceso histórico. Y para ello, no se ha querido escuchar el más mínimo de nuestros argumentos fundamentados en la investigación histórica científica. En un frío ejercicio de cinismo, nuestra administración más inmediata se ha aprovechado de la desidia y la benevolencia de otras administraciones autonómicas, que han pasado por alto la desastrosa tramitación administrativa del proyecto por parte del Ayuntamiento o han expedido gratuitas autorizaciones sin que mediara justificación suficiente para ello.
Nuestro castillo va a sufrir las consecuencias de un lamentable e ineficaz sistema administrativo que no ha sido capaz de proteger su entorno de esta chapucera concepción de lo que debe ser la puesta en valor de un monumento como el de Sax.
Y a nosotros, se nos ha acusado de politizar lo que no es más que una lícita protesta ante una obra pública que, para el mínimo sentido común, exige un consenso más amplio que ese ridículo 60% de aprobación a partir de una grotesca encuesta sobre ¡¡100 personas!!
La prepotencia, el desprecio y la consideración hacia nuestra Plataforma ciudadana como una suerte de "enemigo político" ha sido la norma en todo este desgraciado asunto. Pocas veces se ha hecho tan flaco favor a la convivencia democrática, a la capacidad de entender que el pueblo tiene derecho a la libre y digna protesta sin que ello tenga que ver con su lógica electorera, de "cutre política", para la que parecen vivir y concebir todos sus actos.
Nuestros gobernantes municipales, a pesar de estar al servicio de los vecinos, y no al revés, han ignorado nuestra reivindicación sin diálogo alguno; sin "escuchar", ni tan siquiera "oir". E incluso, más allá todavía, conociéndonos como nos conocemos todos en un pueblo como Sax, sabiendo dónde vivimos y hasta los números de teléfono de nuestros representantes (esos números a los que sí se llamaba en el pasado, cuando convenía para su provecho) han llegado también a ignorar a las personas que se han atrevido a expresar su punto de vista.
Sólo nos queda el consuelo de que toda esta amarga experiencia queda bien reflejada en los archivos municipales, donde hemos procurado que consten todos nuestros puntos de vista, todos nuestros estudios e informes. Al menos, quedarán esos papeles para el futuro, esperamos que libres de la terrible tergiversación política e informativa que hemos tenido que padecer.
Y el otro consuelo, cómo no, es el hecho de que, sabiendo que "hemos perdido la guerra", al menos se han ganado algunas batallas. Y entre ellas -pese a que nuestros gobernantes también lo silencian porque actúan exclusivamente siguiendo los dogmas de la propaganda más burda- está el hecho de que el proyecto inicial se ha modificado, aligerándose finalmente las impactantes y bochornosas estructuras que nuestros políticos, en un alarde de falta de sensiblidad, no hubieran tenido empacho en colocar sobre la Peña si la opinión pública no se les hubiera echado encima. Como decimos, nuestros gobernantes se rigen tan sólo por directrices propagandísticas. Por lo cual, ya verán como nunca reconocerán este hecho e intentarán presentar la desgraciada escalinata final como un lógico resultado de "replanteamientos técnicos" del chusco proyecto que se presentó al pueblo en diciembre de 2008 y se comenzó a construir en junio de 2009.
Una de las estrategias más obvias y empleadas en la comunicación de cualquier mensaje es la de repetirlo machaconamente, hasta que cale en la opinión pública. Cuanto más esquemático y sencillo sea, mejor. Tal y como se hace en la publicidad comercial, el uso de eslóganes, sin más argumentación ni desarrollo, se ha impuesto en cualquier campaña supuestamente informativa; incluso en las que lanzan las administraciones y autoridades públicas. Basta echar un vistazo a la publicidad institucional en cualquier medio para darse cuenta de ello: no se trata de ofrecer información, sino tan sólo publicidad o propaganda. El caso del nuevo acceso al castillo no ha sido una excepción, y en él nuestro Ayuntamiento ha desplegado desde el comienzo el argumento propagandístico de la “recuperación del acceso histórico” y de la “conservación del patrimonio histórico”. Y lo ha hecho siguiendo esas prácticas de la publicidad que no tienen necesidad de argumentar sólidamente su posición. Basta repetir el anuncio, y el público al que va dirigido terminará por asimilarlo. Sin embargo, en un asunto cuya naturaleza es la preservación de un Bien de Interés Cultural de la magnitud de nuestro castillo medieval el empleo de esa propaganda se revela como algo inmoral si, como es el caso, lo que se quiere es disfrazar el hecho de que el objeto principal del nuevo acceso es, exclusivamente, el turístico. Lo histórico, por tanto, se convierte en este caso en un mero pretexto. Una excusa que se fundamentó ridículamente en el proyecto original a partir de una especulación inconsistente. Y cuando el Ayuntamiento se ha visto presionado para que proporcione justificaciones históricas plausibles, científicas, no ha sido capaz de hacerlo porque la realidad es que se carece de todo antecedente histórico o arqueológico para legitimar sus escalinatas de la ladera sur. Pero su mensaje publicitario parece que ya ha calado entre un sector de la población. Y con esa táctica, se cumple el hecho de que una mera suposición se está convirtiendo en la supuesta “verdad” de que el acceso original de la villa al castillo era por la “resbalaera”. Es decir, se está construyendo un mito. ¿Y en qué se basa esa mera suposición? Sencillamente, en que se trata del camino “más corto”. Así de simple. Por supuesto, se ignora la falta de pruebas proporcionadas por el registro arqueológico; y también se ignora la naturaleza de nuestro castillo, que nació en época islámica y responde a una tipología bien estudiada —ahí están los trabajos de Azuar para demostrarlo— para esta zona del Vinalopó. En efecto, no es posible olvidar que los castillos de estas tierras nacieron como unos recintos cercados en «peñas-refugio» que servían para cobijar a personas y, sobre todo, a los animales domésticos, que eran el bien más preciado para la supervivencia. Aquellos “castillos” se dotaron con unas torres que, más que baluartes defensivos, eran lugares de vigilancia y transmisión de señales, entre torre y torre —o sea, entre pueblo y pueblo—. En su interior había aljibes y depósitos con grano para sostener a las personas y a las bestias. Según ese uso, bien probado en bastantes castillos alicantinos, gracias a su sistema de avisos los habitantes del lugar sabían con bastantes horas, o incluso días de antelación, la llegada de cualquier posible peligro. Esa era la situación en el siglo XIII, en la época de las cabalgadas, pesadas y lentas, como lo eran todas, de jinetes como Artal de Alagón y Ramón Folch. Es decir, quienes construyeron nuestro primer castillo podían permitirse el lujo de dar un pequeño rodeo y subir sus enseres más preciados, y a los niños y a las mujeres, etc. por un lugar mejor que la difícil senda rocosa antes de que llegara un peligro del que se conocía su existencia con bastante antelación. No es posible creer que por una senda como la «resbalaera» iban los moros a subir a sus mulas y resto de sus valiosos cuadrúpedos. Desde el punto de vista de la ciencia histórica no es plausible sostener que en aquellos tiempos los jinetes enemigos se precipitaban sobre los lugares por sorpresa, en cuestión de minutos… ¿Cómo explicar que, ya en la época bajomedieval o cristiana, cuando el castillo tomó el aspecto actual, podían subirse por la "resbalera" las grandes piedras y elementos necesarios para la propia construcción y mantenimiento del castillo, o incluso los armamentos y las provisiones necesarias para la guarnición? ¿Dónde está la huella, aunque fuera ligera, de tales movimientos de siglos? Cuando se trata de un Bien de Interés Cultural de la importancia que para Sax representa su castillo, resulta ridículo, e inmoral, concebir la historia como una serie de recreaciones o visiones pseudohistóricas, como si de una superficial película de Amenábar se tratara. Y lo más grave es que con esa recreación basada en suposiciones inconsistentes no sólo se construye una escalinata turística —que al fin y al cabo siempre puede desmantelarse, por supuesto a costa del sufrido contribuyente—. Lo auténticamente grave es que con la propaganda se consigue que lo que no son más que figuraciones se conviertan en historia mixtificada, falsa, que contamina el acervo sajeño. Y eso va a resultar mucho más difícil de desmontar. ANTONIO LINARES ESTEVE Licenciado en Historia. Presidente de la Asociación de Estudios Sajeños entre 2001 y 2006. Miembro fundador del Grupo de Amigos de la Historia, en 1983. Durante los años 80 colaboró con Francisco Ochoa Barceló en el estudio del registro arqueológico del castillo de Sax.