La modificación del proyecto del nuevo acceso
Aunque no tenemos ninguna constancia oficial ya que el Ayuntamiento no nos ha invitado a ninguna sesión informativa ni se nos ha mostrado ninguna memoria técnica ni nada por el estilo, parece que el Proyecto del nuevo acceso ha sufrido modificaciones importantes, que el Ayuntamiento intenta minimizar ante la opinión pública.
Según las imágenes virtuales publicadas en estos días, las estructura de ascenso desde la plaza de San Blas hasta la «cueva del Buey», y desde ésta hasta la entrada a la fortaleza, parecen haber aligerado el tremendo impacto visual del Proyecto original.
Al parecer, se han abandonado también materiales como la madera, se han desechado las horrorosas marquesinas y se reduce el tamaño del monstruoso mirador que se había diseñado para la «cueva del buey».
En definitiva, todo indica que finalmente el descabellado Proyecto original va a ser muy modificado y que los cambios son, sin duda, un alivio para el conjunto visual, que recibirá una agresión o impacto algo menor a la inicialmente prevista.
Como decimos, la única información de la que disponemos es la que el Ayuntamiento ha divulgado a través de su boletín bimestral, ya que no se nos ha citado a ninguna de las rondas informativas que, según presume la corporación municipal, ha realizado en octubre con múltiples asociaciones y personas interesadas. Ya se sabe que, a pesar de la masiva presentación de firmas de protesta, el Ayuntamiento no reconoce la existencia de una amplia contestación ciudadana a su proyecto del nuevo acceso y que el Plan de Participación Ciudadana exigido en el reciente Estudio de Integración Paisajística que le ha requerido la Consellería de Medio Ambiente, en la práctica ha sido tan solo una mera formalidad burocrática.
En cualquier caso, aprovechamos para resaltar el hecho de que pese a los importantes cambios que se ha visto obligado a realizar, el Ayuntamiento está intentado que «no se note» que han tenido que dar una importante marcha atrás a su increíblemente burdo proyecto original. Desde la corporación se quiere minimizar este hecho y poco o muy poco se habla de ese replanteamiento completo de materiales y formas.
La acreditada falta de autocrítica de nuestro gobierno local le impide reconocer el hecho de que su proyecto inicial era un despropósito formal y que había que arreglarlo de alguna forma. Se dice tan sólo que se han aplicado «medidas correctoras en la integración paisajista…» Y, como no podía ser de otra manera, se silencia el hecho de que si no llega a ser por la amplia contestación ciudadana al chusco y ofensivo Proyecto original, a estas alturas ya lo tendríamos todo bien montado, con sus marquesinas, sus amplios espacios entarimados y la muy escasa o nula sensibilidad hacia nuestro patrimonio de quienes un día no muy lejano aprobaron aquel disparate.
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